sábado, 8 de diciembre de 2012

La pérdida de los bienes Comunales y de Propios en Moralzarzal


(La Desamortización General de Madoz en Moralzarzal)

A finales del siglo XVIII, en toda la Sierra Madrileña, la propiedad comunal era de gran relevancia, y los bienes de Propios y Comunes constituían la base en la que se sustentaba una economía articulada en torno a la agricultura, la ganadería y el transporte de materias primas (piedra, leñas) hacia Madrid.

Pero estos usos comunales serán desmantelados durante el siglo XIX: primero, a través de la reforma administrativa y territorial de España y, segundo, con la Desamortización de Madoz.

Durante la primera mitad del siglo XIX se producirán un conjunto de cambios y reformas que buscarán modernizan la estructura territorial y administrativa: en 1833, se produce la la división administrativa de España en 47 provincias peninsulares más las dos insulares; en 1836 desaparece el Concejo de La Mesta, la poderosa asociación de ganaderos de Castilla; en 1837 desaparecen los Señoríos (Real de Manzanares) y los Señores pierden sus atribuciones jurisdiccionales. Ese mismo año desaparecen las Comunidades de Villa y Tierra, etc.

En nuestro caso, con la desaparición del Señorío del Real de Manzanares y la definición y creación del término municipal, el Ayuntamiento de Moralzarzal pasó a ser el único reconocido legalmente como interlocutor entre el pueblo y la Administración. A través de diversas leyes se determinó que la administración de los comunales y montes «públicos» era competencia de los Alcaldes municipales y ayuntamientos y no de los concejos de vecinos. Pero a pesar de que administrativamente se despojó a los «concejos de vecinos» de competencias y se intentó desposeer de todo valor legal a la costumbre y a las ordenanzas concejiles, los pueblos siguieron defendiendo y aplicando el ordenamiento comunitario.

Una vez transferido “nominalmente” el poder vecinal a los Ayuntamientos, sobre el patrimonio común de los pueblos actuaría de manera implacable la desamortización, proceso que desató una fuerte oposición entre la población rural que veía en ella la desaparición de los montes y tierras de uso común básicas para el mantenimiento del sistema de ganadería tradicional.

¿Cuales eran, que superficie tenían y donde estaban los terrenos públicos de Moralzarzal en vísperas de la desamortización de Madoz?

La principal fuente de información que hemos utilizado, prácticamente todos los números y nombres de fincas, proceden de la tesis doctoral del investigador Carlos M. Manuel Valdés, que empieza su análisis sobre los bienes públicos a partir del Catastro de la Ensenada:

Estimación de la propiedad pública en Moralzarzal a mediados del siglo XVIII
Superficie del Municipio
Superficie en base a las Respuestas Particulares y
Respuestas Generales
Estimada a partir de información del Catastro de la Ensenada
Estimación superficie titularidad pública respecto al total
4.260 ha
948 ha
3.566 ha
83,70%
Fuente: Carlos M. Manuel Valdés (1996) con datos del Catastro del Marqués de la Ensenada.

El 83,7 % del término municipal de Moralzarzal eran tierras públicas, frente a los datos más moderados de municipios limítrofes: Becerril (53,3%), Collado Mediano (52,2%), Collado Villalba/Alpedrete (46,5%) o Manzanares el Real (52,3%).
Montes Comunales, de Propios y Mancomunados de Moralzarzal a principios del siglo XIX.
La configuración definitiva de los términos municipales durante el primer tercio del siglo XIX realizó una partición entre varios municipios de algunos montes que habían sido hasta la fecha objeto de usos mancomunados (El Berrocal, Dehesa de Rodiguelo, Cabeza Mediana). El Hormigal, aunque de Propios de Moralzarzal, fue adjudicado a Collado Villalba.
Los montes comunales (del común de los vecinos), gestionados por los vecinos (Dehesa de Abajo o Vieja, Robledillo, Dehesa de Arriba y Ladera de Matarrubia), serían exceptuados de la desamortización. Por contra, algunos montes  "de Propios", gestionados por el Concejo (Los Serrejones, La Navata, Ladera de las Suertes, etc.) fueron subastados por el Estado, aunque  se salvaron Los Berrocales y Los Linares. Muy probablemente, otros bienes públicos de Moralzarzal permanecieron ocultos durante el proceso de desamortización.
La historia de como perdimos una gran parte de este patrimonio comienza el 1 de mayo de 1855, cuando se aprobó una de las leyes de mayor trascendencia en la historia territorial española: la conocida como Ley Madoz o Ley de desamortización general. El artículo 2º de la mentada ley exceptuaba de la venta “los montes y bosques cuya venta no crea oportuna el Gobierno” así como “los terrenos que son hoy de aprovechamiento común”.

En1858, con los liberales en el gobierno, se entabló una lucha entre el Ministerio de Hacienda, partidario de la más amplia y rápida liquidación de los montes públicos y sin respeto a las normas establecidas, y el de Fomento que procuraba evitar la venta cuando no era razonable. Este último ministerio se vio obligado a realizar en 1859 una Clasificación General de los Montes Públicos. Fué una de las primeras funciones encomendadas al recién creado Cuerpo de Ingenieros de Montes.

En esta clasificación de 1859, figuraba que Moralzarzal disponía de 712 hectáreas de superficie pública. Pero la cifra real era mayor, aproximándose a 1.754 Ha.

Los políticos más liberales, bajo el amparo del espíritu desamortizador y las necesidades del erario público, propusieron ampliar las posibilidades de venta de los montes exceptuados en 1859. El 5 de febrero de 1862 se dictaron las reglas para la formación del primer Catálogo de Montes Públicos exceptuados de la desamortización, catálogo que incluyó la Dehesa Vieja y otros montes de Moralzarzal (que desconocemos), hasta sumar la cifra de, aproximadamente, 800-900 Ha.
Cartel de la Dehesa Vieja y Robledillo, monte exceptuado de la desamortización y catalogado como de Utilidad Pública

Este primer catálogo de 1862 dejaba fuera una superficie considerable de monte comunal de Moralzarzal. Por este motivo, el mismo año 1862, el Ayuntamiento de Moralzarzal presentó un expediente sobre las fincas Ladera de Matarrubia, Ladera de las Suertes, La Navata, Serrejón y El Berrocal, que sumaban más de 2.000 hectáreas de superficie. Si bien los aprovechamientos de estas tierras eran muy pobres: pastos extensivos, piedra, carboneo, constituían la base sobre la que se edificaba la economía rural del término, en especial para los propietarios de rebaños, los de caballerías mayores y de los carreteros que transportaban leña, carbón o piedra a Madrid.

Nuestra lucha llegó al Congreso de los Diputados. El diario de sesiones del 5 de diciembre de 1862, recoge el dictamen de la Comisión de Peticiones: “Varios vecinos de Moralzarzal, del Hoyo de Manzanares, Collado Villalba, Mataelpino, Collado Mediano, Alpedrete y otros pueblos de la provincia de Madrid, solicitan quede sin efecto lo dispuesto en el Real Decreto de 22 de enero último, relativo a la venta de montes del Estado, y que se exceptúen los de aprovechamiento común de los pueblos”, rematando “La comisión es de dictamen que pase al Sr. Ministro de Fomento”.

En la sesión del 31 de diciembre de 1862, el Ministro de Fomento, el Marqués de la Vega de Armijo, señaló: “El Congreso recordará que esta petición vino cuando se estaba discutiendo la ley de montes. Esta ley ha sido aprobada por el Congreso en la forma que todos los Sres. Diputados conocen, desatendiendo por completo la petición. El proyecto está pendiente de discusión en el Senado. Yo no tengo inconveniente en que se apruebe el dictamen en la forma que expresa la comisión; pero yo no haré más que remitirla al senado, adonde pueden acudir los peticionarios como han acudido al Congreso”.

El Sr. Ballesteros, defensor de la petición de los vecinos de los pueblos de la Sierra, intento desvincular el debate general sobre la ley de montes de la petición de estos municipios. Pero una vez pasada la petición al Ministerio de Hacienda, ésta fue desatendida. 

La documentación aportada por los Ayuntamientos sobre el dominio y formas de usufructo tradicionales fue requisito indispensable para el reconocimiento de un monte como de aprovechamiento común, pero en la mayoría de los casos fue insuficiente. Las solicitudes se sometieron al dictamen del Ministerio de Hacienda y de los integrantes de las juntas de agricultura y diputaciones, con frecuencia activos participantes en la desamortización y opuestos por principio a los aprovechamientos vecinales.

Sabemos que el resultado de estas gestiones en el Congreso fueron que se pudo excluir de la venta la finca de Los Linares de (44 Ha) y, probablemente, El Berrocal (120 Ha).

Pero no la finca de La Navata (879 Ha), que se subasta en 1885 (Los usos, modo de gestión, historia y subasta de esta finca la cuenta excelentemente Jesús Martín en su libro Historia de Moralzarzal)

También fueron vendidas, aunque no sabemos la fecha, la Ladera de las Suertes (330 Ha) y el Serrejón (300 Ha). En total 1.509 Ha. A partir de este momento, y pese a los ingresos por esta subasta, las arcas municipales de Moralzarzal sufrieron la disminución de las rentas de propios de toda esta superficie subastada.

Además de Los Linares y El Berrocal, se habían salvado de la desamortización, por la vía de la excepción, la Dehesa de Arriba (140 Ha), Dehesa Vieja (54 Ha), Ladera de Matarrubia (463 Ha) y Robledillo (6 Ha). Estos 4 últimos montes, los de uso históricamente comunal, entrarían a formar parte del primer Catálogo de Montes de Utilidad Pública de 1901.
Mapa de la Dehesa de Arriba, monte exceptuado de la desamortización y catalogado de Utilidad Pública

Pero hubo otra forma de oposición a la desamortización, oposición que se canalizó a través de maniobras dilatorias por parte de los municipios, que se negaron a facilitar datos sobre las propiedades de Propios. Esta estrategia pretendía evitar el impuesto del 20% sobre sus rentas, así como su venta, la regulación y subasta de parte de sus frutos y nuevos gravámenes, como un 10% adicional aplicado desde 1877 a todos los aprovechamientos forestales – salvo el pasto de ganado de labor- y desde 1888 la exigencia a los pueblos del 20% del valor en tasación de sus montes para conseguir su excepción de enajenación como dehesa boyal.

En Moralzarzal esta estrategia tuvo su efecto. En una relación de montes propiedad del Ayuntamiento de 1925 podemos conocer los nombres de otros predios que pudieron mantener la titularidad municipal: Arroyuelos (8 Ha), Canto Hastial (66 Ha) y Canto Canchado (61 Ha). Si la estimación de la superficie de montes públicos en 1859 era de 1.754 Ha, queda claro que una parte de este patrimonio público había permanecido oculto a los ojos del Ministerio de Hacienda.

Además de la pérdida de una gran superficie de bienes públicos, las reformas administrativas durante el siglo XIX supusieron un drástico cambio en la forma de gestión de los montes. A partir de 1855, los Ayuntamientos- que hasta entonces habían dispuesto libremente del destino de los bienes- perdieron esta facultad.

Con la creación del Cuerpo de Ingenieros de Montes en 1853, la gestión de los montes del catálogo será tutelada por este colectivo. El Ayuntamiento cedía al Estado una parte de las rentas de los aprovechamientos tradicionales (ganadería, ramón, leñas y roturaciones) y a partir de 1876 se encargó a la Guardia Civil las tareas de guardería forestal. Por este motivo, cuando el Gobernador Civil solicitó en 1861 al Ayuntamiento de Moralzarzal que pusiéramos los medios para construir el nuevo Ayuntamiento y, dentro de el mismo, dedicar una parte a la escuela, el Ayuntamiento solicitó permiso para cortar (leña) en el monte de la Dehesa Nueva y los resalvos de la Dehesa Vieja, y del dinero que se sacara más otras partidas se podría acometer la obra.

Si desde la formación del Catálogo de1859 los montes públicos se habían dividido en enajenables (subastables) y los exceptuados de la venta, con el cambio de siglo esta diferenciación dará lugar a, por un lado, los montes de utilidad pública, que proceden del listado de los montes exceptuados de la desamortización y, por otro, de los que no revisten interés general, que se denominarán bienes de “libre disposición”.

La inclusión de algunos montes (Dehesa Vieja y Robledillo, Ladera de Matarrubia y Dehesa de Arriba) en el Catalogo de Montes Exceptuados de 1862 y en el de Montes de Utilidad Pública de 1901 supone que desde mediados del siglo XIX, en virtud de la legislación forestal, se limita drásticamente la modalidad de disfrute comunal, libre y gratuito para los vecinos, y es la Administración de Montes la encargada de autorizar y supervisar los usos.


MONTES DE UTILIDAD PÚBLICA DE MORALZARZAL 

Nombre
Nº del catálogo de MUP
Fecha  incorporación al catálogo
Sup pública en el Catálogo de 1901
Año de aprobación del deslinde
Sup total / Sup pública
Ha. (1)
según deslinde
Dehesa Nueva
19
1901
139
1969
140,25
Dehesa Vieja y Robledillo
20-22
1862
54
1969
59,71
Matarrubia
21
1901
448
1965
489,97 / 462,67

 Así, en las actas de los plenos municipales del Ayuntamiento de Moralzarzal de 1904 que recogen la información sobre las subastas y arriendos de las fincas municipales, se refleja esta dualidad: por un lado, las fincas de Los Linares y El Berrocal, “montes de Hacienda” (antiguos montes de Propios y ahora “de libre disposición”) que tributan el 20% de sus rentas; y, por otro, las dos dehesas y la Ladera de Matarrubia, los “montes de Fomento” (antiguos montes del común, ahora montes de utilidad pública), cuyos aprovechamientos se subastan bajo la dirección del Distrito Forestal.

Concluyendo, en este proceso no sólo perdimos la capacidad de decisión sobre nuestros montes vecinales, toda una cultura del uso colectivo, sino que la desamortización supuso la pérdida del 42,31% de los bienes públicos de Moralzarzal. Esta pérdida debió suponer un impacto tremendo en las rentas municipales, la ganadería extensiva y en la economía de los cebolleros.

Ya durante la segunda mitad del siglo XX, las fincas de Los Linares, El Berrocal, Los Arroyuelos fueron segregadas y/o urbanizadas. Otras fueron expropiadas por el ejército para la creación del campo de maniobras militar de Los Palancares.

Mirando la botella medio llena, el proceso desamortizador transformó nuestros montes comunales en montes de utilidad pública (962 Ha, el 22,6% de la superficie del término municipal) y conseguimos también esconder un conjunto de fincas municipales que lamentablemente, hemos ido vendiendo, segregando y parcelando (con la excepción, hasta ahora, de Los Praderones).

Estos bienes públicos, en especial la dehesas, son antiguos montes comunales testigos de un pasado colectivo y de uso tradicional del territorio. Es cultura y tradición, algo que debemos mantener y por lo que debemos luchar.

Fuentes:
  • Actas del pleno municipal del Ayuntamiento de Moralzarzal de 1904.
  • Diario de sesiones del Congreso de Diputados de 5 y 31 de diciembre de 1862.
  • En defensa de lo Comunal. Diario de León, 07/08/2012
  • Balboa Navarro, I. et al. (2002). Bienes Comunales. Propiedad, arraigo y apropiación. Piqueras Arenas, J.A. (coordinador). Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Centro de Publicaciones, 2002.
  • López Estébanez, N., y Sáez Pombo, E. 2002. Gestión, aprovechamiento y paisaje de las dehesas de Guadarrama y Somosierra (Madrid). Eria, 58 (2002), págs. 231-245.
  • López Estudillo, A. 1992. Los montes públicos y las diversas vías de su privatización en el siglo XIX. Agricultura y Sociedad nº 65 (Octubre-Diciembre 1992) (pp.65-69)
  • Manuel Valdés, C.M. (1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
  • Martín, Jesús (2007). Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • Wikipedia: La Desamortización española. http://es.wikipedia.org/wiki/Desamortizaci%C3%B3n
  • Wikipedia: El Catálogo de Montes de Utilidad Pública. http://es.wikipedia.org/wiki/Cat%C3%A1logo_de_montes_de_utilidad_p%C3%BAblica


WebRep
Calificación general
Este sitio no tiene calificación
(no hay votos suficientes)
WebRep
Calificación general
Este sitio no tiene calificación
(no hay votos suficientes)

sábado, 1 de diciembre de 2012

La venta del los bienes del clero

(La Desamortización de Mendizábal en Moralzarzal)

En anteriores entradas hicimos una introducción a la desamortización, y hablamos de la primera desamortización, la de Godoy, cuando los bienes de las Obras Pías y Capellanías de Moralzarzal pasaron a manos privadas.

Hablemos ahora del segundo gran cambio en la estructura de la propiedad en Moralzarzal, que vino con la desamortización de Mendizábal, en 1844, cuando fueron subastados los monasterios y bienes eclesiales. En esta ocasión los bienes vinculados directamente a la Iglesia en Moralzarzal, como la Capellanía de Juana Moreno o las propiedades de los frailes Dominicos de Segovia, entraron en la subasta.
Retrato de Juan Álvarez Mendizábal. Autor: Miguel Ángel Soto
Y en este proceso hay que incluir las propiedades de la parroquia de Moralzarzal, pero también algunas Capellanías y Obras pías denominadas colativas (en contraposición a las “laicales”), donde los bienes pertenecían a la Iglesia que se encargaba de administrarlos, por lo que para su enajenación hacia falta autorización del Arzobispo de Toledo. El mejor ejemplo es la Capellanía de Juana Moreno, que no aparece citada en el listado de bienes anejados y subastados en 1802, y que debió ser toda una institución en Moralzarzal.

¿Y que tipo de propiedades pertenecía a la Iglesia en Moralzarzal? Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, cuyos datos recoge Jesús Martín en su libro Historia de Moralzarzal, en 1791 la relación de obras religiosas y sus bienes en Moralzarzal estaba formada por 2 casas y 6 fincas (que sumaban 46 fanegas), propiedades que rentaban anualmente a la Iglesia 1.860 reales de vellón. Estos ingresos procedían del arriendo o explotación de las fincas y bienes.  

RELACIÓN DE OBRAS RELIGIOSAS Y SUS BIENES EN MORALZARZAL 

Fundación y sus poseedores (Obras Pías)
Finca
Cabida
Lugar
Renta Anual
(reales de vellón)

Juana Alonso
Poseedor: Manuel García

1 finca

6 fanegas

Regajal

120

Licenciado Alonso
Poseedor: Francisco Asensio

1 casa

--

c/ Alameda

300

De la Misa de Alba 
Fundada por Juan Bermejo.
Poseedor: Tomás Pérez

1casa
---

Salud

500

Ánimas 
Fundada por Nicolás López. Poseedor: Lucas Bravo

1 tierra
Idem
idem

10 fanegas
6 fanegas
24 fanegas

Negralejo
Soto
Romeral

400
540

Fuente: Catastro del Marqués de la Ensenada, 1791. Tomado de Historia de Moralzarzal, de Jesús Martín Ramos.


En 1922, los ingresos anuales de la Parroquia de Moralzarzal procedente de sus propiedades en el año 1822 era de 569 reales, y procedía de siete linares, del arriendo de prados (La Vega, Día primero de Marzo, Tórtolas, Redondo, Guadarrama, Enebros, etc.) y de la Capellanía de Juana Moreno. Este patrimonio incluía la Cofradía del Santísimo Sacramento.

Lógicamente ambas fuentes de datos no coinciden. Entre el Catastro del Marqués de la Ensenada y 1922 habían transcurrido 25 años y muchos acontecimientos. Lo que sabemos es que durante la desamortización de Mendizábal los bienes eclesiales subastados en Moralzarzal fueron 11 fincas, por valor de 69.751 reales de vellón.

Y, precisamente, entre las propiedades subastadas estuvo la finca propiedad de los frailes Dominicos del Monasterio del Parral de Segovia, y que hoy ocupa el edificio del Ayuntamiento, en la Plaza de la Constitución, que fue adquirida por el vecino José Maya y Antón en 1855.

Muy posiblemente, la antigua Ermita de San Sebastián (situada en la antigua finca de los Navazos) fue subastada en esta etapa. Antonio Hurtado escribe en su web (www.conocermoralzarzal.com) que el culto en dicha Ermita debió de desaparecer como consecuencia del proceso de desamortización durante el siglo XIX. Aunque estima una posible fecha en torno a 1823, Antonio comenta que hay escrituras en las que consta como pajar cuando perteneció a la familia de Vicente Martínez. 

Precisamente, el gran beneficiado en Moralzarzal en este segundo proceso desamortizador fue D. Vicente Martínez Sainz (1812- 1894), que compró en las subastas diversas fincas, la mayoría pastos, incluida la finca de El Gamonal.

Vicente Martínez fue Diputado Regional de Madrid por el Partido Liberal Progresista y residente en Colmenar Viejo, donde explotaba canteras de granito. Una vez enviudado hizo de Moralzarzal su lugar de residencia y llegó a ser alcalde en esta localidad en 1843. Posteriormente compró la ganadería de Juan José Fuentes, hijo de Julián, en 1852, por lo que llegó a ser el verdadero terrateniente de Moralzarzal durante el siglo XIX siendo uno de los principales ganaderos de reses bravas del siglo XIX en España. Vicente Martínez fue propietario de fincas como Los Linarejos, Los Cercados del Berrocal, El Gamonal, la Casa de la Huerta, la Cerca de la Nava, La Mata, Los Labajos, etc.

Otro de los grandes propietarios de la burguesía madrileña que aprovechó la oportunidad y adquirió terrenos en Becerril, Cerceda y Moralzarzal fue Mariano de Goya, nieto del famoso pintor Francisco de Goya.

Aunque las grandes fincas, las de uso fundamentalmente ganadero, cayeron en manos de terratenientes, algún vecino de Moralzarzal pudo tener acceso a algunos predios sujetos a subasta. Antonio Balandín, ganadero y apoderado de Vicente Martínez, y Francisco González Morales, compraron fincas en este periodo.

Pero el verdadero zarpazo vino después, con la desamortización de Madoz. Pero eso lo contaremos en la próxima entrada, cuando veamos como el Ayuntamiento de Moralzarzal se defendió para evitar la subasta de los numerosos bienes comunales que teníamos.


Entradas relacionadas:

Los orígenes del paisaje cebollero (Sobre la formación del paisaje, la propiedad y el espacio cebollero)
Moralzarzal en vísperas del zarpazo de la desamortización
Salir del purgatorio (La Desamortización de Godoy en Moralzarzal)


Fuentes:

  • FERNÁNDEZ COLLADO, Ángel (2005). Las rentas del clero en 1822. Arzobispado de Toledo. Edita Instituto Teológico San Ildelfonso y Diputación Provincial de Toledo. Pags 222-223.
  • HERNÁNDEZ, Mauro (1995). A la sombra de la Corona. Poder local y oligarquía urbana (Madrid, 1606-1808). Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.
  • MANUEL VALDÉS, Carlos Manuel.(1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
  • MARTÍN, Jesús.(2007). Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • MARTIN, Jesús.(2005). La tauromaquia en Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.




miércoles, 28 de noviembre de 2012

Salir del purgatorio

(La Desamortización de Godoy en Moralzarzal)

Según recoge Jesús Martín Ramos en su libro “Historia de Moralzarzal”, a mediados del siglo XVII había en Moralzarzal unas cuantas instituciones que los historiadores agrupaban bajo el nombre de Obras Pías y Capellanías. Este tipo de instituciones fueron las primeras en ser subastadas entre 1766 y 1798 como consecuencia del empuje de las ideas liberales, en lo que fue la primera de las cuatro desamortizaciones que se produjeron a lo largo del siglo XIX.

Volviendo al siglo XVII, la primera y más importante de esta instituciones en Moralzarzal era la Capellanía de Misas fundada por Juana Morena, esposa de Juan Gómez. El mismo capellán atendía otras tres Memorias fundadas por Juana Martín, María Aguada y Francisco Rodríguez.

Varios siglos después, a finales del siglo XVIII, este tipo de instituciones habían crecido en número: además de la citada Capellanía de Juana Moreno, existían la Capellanía del Licenciado Alonso, la de la Misa de Alba, la capellanía del Santísimo Sacramento, una Memoria de Ánimas, 3 cofradías (la Sacramental, la de la Virgen de la Candela y la del Santísimo Cristo de la Buena Muerte) y 2 Obras Pías (de Huérfanos y de la Cera Mayor). Mientras que algunas de estas instituciones tenían el sello cebollero por haber estado fundadas por personajes notables de la vida de Moralzarzal, otras hermandades o cofradías, como la Sacramental y la de Ánimas Benditas, existían en otras muchas parroquias de España.

¿Qué eran estas instituciones, que función tenían y que importancia tuvieron en la vida de Moralzarzal? De eso va esta entrada.

Una primera valoración: en Moralzarzal, estas instituciones eclesiásticas gestionaban o arrendaban 6 fincas, 12 cercas, 23 linares, 18 prados, 4 herrenes, 3 casas, 1 huerto y pajar. Si tenemos en cuenta que los terrenos de uso común (de propios y comunales) en Moralzarzal a mediados del siglo XIX alcanzaban el 83,07% de la superficie del término municipal (se ha estimado en torno a 3.566 hectáreas, sobre una superficie total de 4.260 hectáreas), las capellanías y obras pías controlaban una parte considerable del suelo agrícola, los suelos fértiles más cercanos al núcleo urbano, las restantes 694 hectáreas. Y libres de impuestos.

Una parte de lo que rentaban este patrimonio vinculado a la Iglesia iba destinado a obras de beneficencia, pero la mayoría se dedicaban a pagar clérigos que dijesen misas y oraciones para sacar del Purgatorio a los fundadores de dichas Capellanías y sus familias. Porque salir del Purgatorio fue una fuente de preocupación de la sociedad española del Antiguo Régimen. Se pensaba que la estancia en el purgatorio era transitoria y que en algún momento, después de que las almas hubieran pagado sus culpas, serían redimidas para gozar la vida eterna en el paraíso. De acuerdo a los planteamientos eclesiásticos, una vez las almas ingresaban en el purgatorio ya no podían influir en una mejora de sus condiciones. La ayuda sólo podía venir por parte de los vivos, que podían mover la compasión de Dios mediante misas y rezos por el alma de los difuntos y la realización de obras pías o acciones caritativas. Y bajo este paradigma teológico se configuró un modelo de propiedad de la tierra que marcaría la vida social y económica de la sociedad rural, modelo al que metió mano la política liberal del siglo XIX.

La diversidad y complejidad de estas fundaciones era enorme, pero intentaremos explicarlo brevemente: la Capellanía consistía en la dotación de una plaza vitalicia de cura (un capellán) que se vinculaba a una ermita o templo ya existente o a una capilla privada con la obligación de cierto número de misas que el capellán se comprometía a realizar por el alma del fundador y, habitualmente, también por su familia. La Memoria de Ánimas era una obra pía que se preocupaba de los pagos de los gastos de las misas y oraciones por las animas del purgatorio. La Obra Pía era una fundación, generalmente de carácter benéfico (atención de huérfanos y enfermos, escolarización, dotación de doncellas huérfanas para el matrimonio, reparto de ropa, comida, etc.), en la que se establecían una serie de servicios piadoso-asistenciales más o menos amplios sobre una base patrimonial, fijando también las condiciones, los beneficiarios y el funcionamiento. Un antecedente de la actual Cáritas.

Dado que la fundación de una capellanía conllevaba siempre un importante desembolso por parte del fundador, ser capellán era asegurarse una buena forma de vida. La carrera de clérigo, que durante el Antiguo Régimen suponía un porcentaje de la población muy numeroso, era una forma de conseguir salir de la indigencia y conseguir cierta promoción social. Los religiosos pugnaban por opositar a las capellanías bien dotadas ya que les permitía completar sus precarias economías y llevar una vida más holgada. Por eso los beneficiarios solían ser los familiares del fundador, con lo que este tipo de instituciones proporcionaban medios de vida a los allegados sin que las propiedades y sus rentas (al ser bienes eclesiásticos) estuvieran sometidas a carga fiscal alguna.

Estas instituciones podían ser laicas o colativas. Los bienes de las primeras no dependían directamente del Arzobispo. Pero los bienes de las colativas, vinculadas estrechamente a la Iglesia, formaban un todo indivisible que pasaba a formar parte del patrimonio de la Iglesia como propiedades vinculadas, por lo que, en la mayor parte de los casos, no se podían enajenar sin el permiso de las autoridades eclesiásticas.

En Moralzarzal, los abusos de los clérigos en estas instituciones aparecen en el siglo XVII. Jesús Martín extrae de los archivos parroquiales que los fundadores de las capellanías tuvieron que pleitear porque los clérigos se repartían las rentas y frutos de las capellanías. En una carta enviada por el Concejo a sus procuradores en el Arzobispado de Toledo, se demanda que “cuando los prados y dehesas de la Capellanía y Memorias tengan leña, que se venda para aumentar sus productos ya que el Párroco y el Capellán no lo hacen, por eso se solicita que si se corta el monte el fruto que se obtenga sea para aumentar las rentas de la Capellanía y Memorias y que el caudal del que se han apropiado lo devuelvan”.

¿Y cuales eran estas Obras Pías y Capellanías en Moralzarzal en vísperas de la primera desamortización? En el momento de comenzar la desamortización de Godoy en la provincia de Madrid, en 1801, y según recoge El Diario de Madrid, el inventario de Obras Pías y Capellanías en Moralzarzal refleja una acumulación de bienes y rentas considerable en manos de este tipo de instituciones:

OBRAS PÍAS Y CAPELLANÍAS DE MORALZARZAL 
ENAJENADAS Y SUBASTADAS POR EL ESTADO EN 1802
Nombre
Propiedades
Valor en la subasta
(reales)
Obras Pías de Huérfanos
8 cercas (Tabla, Nava, Mata, Pradillos, Portada, Rasa), 3 prados (Peñas Gordas) 4 linares (Linar Grande, Linar de la Mata el Pino), 1 casa, 1 huerto y 1 pajar
115.060
Cofradía Sacramental
Una cerca en La Portala, dos prados (del Exido) y un linar en La Nava
15.900
Memoria de Ánimas
2 herrenes (Arroyo Grande, de la Fuente), 1 pajar (de la Tía Catalina), la cerca de la Encina, 3 prados (El Zarzal, Prado Nuevo, Erillas en Zerceda), 4 linares y la cerca de Pozuelo
29.000
Vírgen de la Candela
La cerca de la Vega, dos linares, el herrén del Cerrillo y otro en el sitio de Zarzal
4.600
Smo. Christo de la Buena Muerte
Prado de Peñas Gordas
800
Obra Pía de la Cera Mayor
3 prados (de la Peña, de Crespo) y 5 linares (de Catalina, del Regajo, del Casar)
10.900
Fuente: Diario de Madrid, 22/07/1801, 27/08/1801 y 6/06/1802

La desamortización, la principal arma política con que los Liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevo Estado, comenzó con estas instituciones.

¿Y qué paso en Moralzarzal?. Pues que uno de los grandes beneficiados por las subastas de las Obras Pías y Capellanías de Moralzarzal durante esta primera fase de la desamortización  fue D. Julián Miguel de Fuentes López (1760-1835), "que adquirió una gran porción de cercas, prados de pasto, monte y labrantío, casa y pajares en Moralzarzal, Navacerrada y Collado Villalba, con buen numero de cabezas de ganado: 90 vacas, 28 toros y 32 añojos, mas cabras y ovejas". 

La adquisición de la finca Los Linarejos y su dedicación a la ganadería brava a cargo de D. Julián Miguel de Fuentes López (1760-1835) ha sido datada erróneamente en 1797. Julián de Fuentes, como se le conoce comúnmente, fue regidor de Madrid y estuvo al frente del Distrito de Palacio de Madrid encargándose de los abastecimientos de la Corte. Vivió en Madrid hasta el año 1785, fecha a partir de la cual es contratado por la “Compañía de Filipinas” y destinado a China, donde residirá entre 1785 y 1803. Si tenemos en cuenta estas fechas, no puede ser cierta la información recogida por Jesús Martín en sus dos libros (La Tauromaquia en Moralzarzal e Historia de Moralzarzal) según la cual D. Julián de Fuentes tenía en 1797 una gran vacada de ganado bravo en las fincas de Los Linarejos y alrededores del Gamonal, en Moralzarzal. Dicha información procede, suponemos, de la revista Pan y Toros de 1896 y 1897, donde sitúan el origen de esta información en “viejas crónicas”. Pero si Julián de Fuentes estaba viviendo y trabajando en China en el periodo 1785-1803 no pudo al mismo tiempo comprar y trabajar en Los Linarejos antes de su vuelta en 1803.  

Es probable que otro de los beneficiados por este proceso fuera el abogado Nicolás Taillét, hermano del Párroco de Moralzarzal a principios del siglo XIX, Manuel Taillét. Natural de Villarobledo (Albacete), Nicolás Taillét llegó a Moralzarzal en torno a 1906, siendo en 1925 dueño de numerosas fincas en nuestra localidad.

No sabemos si hubo más beneficiados, pero si que no empezaron bien las ideas liberales en Moralzarzal.

Entradas relacionadas:

Los orígenes del paisaje cebollero (Sobre la formación del paisaje, la propiedad y el espacio cebollero)
Moralzarzal en vísperas del zarpazo de la desamortización
La venta de los bienes del clero (La Desamortización de Mendizábal en Moralzarzal)

Fuentes:
  • Diario de Madrid, 22/07/1801, 27/08/1801 y 6/06/1802.
  • Fernández Collado, Ángel (2005). Las rentas del clero en 1822. Arzobispado de Toledo. Edita Instituto Teológico San Ildelfonso y Diputación Provincial de Toledo. Pags 222-223.
  • Hernández Mauro,1995. A la sombra de la Corona. Poder local y oligarquía urbana (Madrid, 1606-1808). Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.
  • Manuel Valdés, C.M. (1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
  • Martín, J. (2007). Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • Martín,  J. (2005). La tauromaquia en Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • Mira Caballos, Esteban. Capellanías, cofradías, fundaciones y Obras Pías en Montijo a Principios del siglo XIX.http://estebanmira.weebly.com/uploads/7/9/5/0/7950617/capellanias.pdf
  • Von Wobeser, Gisela. Las funciones sociales y económica de las capellanías de misas en la Nueva España del siglo XVIII. http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn16/EHN01608.pdf


jueves, 22 de noviembre de 2012

Moralzarzal en vísperas del zarpazo de la Desamortización

Esta entrada quiere ser una introducción general a una serie de textos sobre la desamortización en Moralzarzal, presentación que pretende entender la estructura de la propiedad en Moralzarzal a principios del siglo XIX, antes que comenzaran los profundos cambios que supondrían el desmantelamiento de las estructuras feudales en la posesión de la tierra y el trabajo.

La desamortización fue la principal arma política con que los liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevo Estado liberal durante la primera mitad del siglo XIX. 

Iniciado a finales del siglo XVIII, la desamortización consistió en expropiar y poner en el mercado, mediante una subasta pública, las tierras y bienes en poder de las llamadas «manos muertas», es decir, la Iglesia Católica y las órdenes religiosas que los habían acumulado como habituales beneficiarias de donaciones y testamentos, así como los bienes propiedad de los pueblos.

Este proceso fue muy relevante en Moralzarzal, ya que durante el siglo XIX gran parte de los terrenos que servían de sustento a sus habitantes, los terrenos comunales, así como el patrimonio de la Iglesia, pasaron a unas pocas manos, los nuevos terratenientes, transformando el uso que históricamente se había dado a numerosas fincas del municipio.

Los estudiosos del proceso hablan de varias etapas: una primera etapa (1766-1798) comprende la venta de bienes de los jesuitas y la denominada desamortización de Manuel Godoy; la segunda fase (1808-1823) corresponde a la desamortización impulsada durante la guerra de la Independencia por la administración bonapartista y por los legisladores reunidos en Cádiz (bienes de la Inquisición y reducción a un tercio del número de monasterios y conventos) aunque no nos consta que tuviera incidencia en Moralzarzal; en la tercera etapa (1834-1854), conocida como desamortización de Mendizábal se procede a la expropiación del patrimonio de la Iglesia, y a la desaparición de monasterios y conventos y tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia social de España; la cuarta fase (1855-1924), la de Madoz, que es por duración y volumen de ventas la más importante, afectó a los terrenos comunales de los pueblos.

¿Y cómo era la distribución de la tierra en Moralzarzal antes de comenzar los procesos desamortizadores?

Con la información de que disponemos hasta ahora, podemos decir que:

1. Los bienes públicos, entonces conocidos como Comunales y de Propios, comprendían una basta extensión del municipio, 3.556 hectáreas, el 83,7% del término municipal de Moralzarzal.

2. Instituciones de origen religioso, Capellanías y Obras Pías, poseían un importante patrimonio (12 cercas, 12 prados, 16 linares, 4 Herrenes, 1 casa, 1 huerto y 1 pajar) como resultado de la acumulación durante siglos de herencias y trasmisiones de particulares a estas instituciones.

3. Un gran propietario poseía, al menos, las fincas de Los Linarejos y del Gamonal, donde poseía una una gran vacada de ganadería brava. Se trata de D. Julián Fuentes (1760-1835), regidor de Madrid que estuvo al frente del Cuartel o Distrito de Palacio de Madrid.


4. Los bienes de la Iglesia, que en 1791 estaban formados por 2 casas y 6 fincas (que sumaban 46 fanegas, entre 10 y 12 hectáreas). No sabemos si estas propiedades incluyen algunas Capellanías propiedad de la Iglesia, como la Capellanía de Juana Moreno.

Finca Los Linarejos, situada entre la carretera Villalba-Moralzarzal y el Camino de Alpedrete.
Autor: Miguel Ángel Soto
5. Los terrenos mancomunados. Los vecinos de Moralzarzal tenían el usufructo sobre terrenos alejados del núcleo urbano, fruto de los usos históricos del territorio durante la pertenencia al Real de Manzanares. Los usos del monte de El Hormigal eran compartido entre vecinos de Moralzarzal y Collado-Villalba; El Berrocal con Manzanares El Real, Becerril, El Boalo, Cerceda y Mataelpino; los aprovechamientos del monte Matarrubia, con los de Becerrill, Collado-Villalba, Alpedrete y Collado-Mediano; los de la Dehesa del Rediguelo con el Real de Manzanares, Becerril, El Boalo, Mataelpino y Cerceda; etc.

El espacio más productivo, formado por los cultivos (huerta, frutales, cereal, lino, etc.), herrenes (terrenos vallados para el forraje del ganado) y los prados más frescos, situado en el entorno del núcleo urbano y en las zonas más bajas y llanas, se encontraban en manos de propietarios particulares, las Capellanías y la Iglesia. Las Dehesas y el Ejido, de dedicación silvopastoral, seguía siendo de aprovechamiento común de los vecinos y aún conservaban su carácter concejil o vecinal.

Los terrenos abruptos y más alejados del pueblo (Serrejones, Palancares, Fuente de las Cabras, Canto Hastial), eran utilizados por todos los vecinos fundamentalmente para la ganadería extensiva y la obtención de leña y carbón.
Terrenos militares de El Palancar  y Los Serrejones, vistos desde el Portillo de La Mina. Al fondo, el Cerro de San Pedro.
Autor: Miguel Ángel Soto
Pero un siglo después el panorama será radicalmente distinto. La desamortización supondrá sólo un cambio nominal de la tierra y un mal acuerdo para los usos comunales de los moralzarzaleños. La propiedad cambiará de manos pero no se repartirá la tierra entre sus históricos usuarios.

Entradas relacionadas:

Los orígenes del paisaje cebollero (Sobre la formación del paisaje, la propiedad y el espacio cebollero)
Salir del purgatorio (La Desamortización de Godoy en Moralzarzal)
La venta de los bienes del clero (La Desamortización de Mendizábal en Moralzarzal)


Fuentes:
  • FERNÁNDEZ COLLADO, Ángel ( 2005). Las rentas del clero en 1822. Arzobispado de Toledo. Edita Instituto Teológico San Ildelfonso y Diputación Provincial de Toledo. Pags 222-223
  • FERRER JIMÉNEZ, D., SANTA CECILIA, F. (2005). Lectura del paisaje de la comarca Alto Guadarrama Alto Manzanares. Un legado Histórico. Guía para la interpretación. ADESGAM.
  • HERNÁNDEZ,  Mauro.(1995). A la sombra de la Corona. Poder local y oligarquía urbana (Madrid, 1606-1808). Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.
  • MANUEL VALDÉS,Carlos Manuel.(1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
  • MARTÍN, Jesús.(2005). La tauromaquia en Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • MARTÍN, Jesús. (2007). Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.