miércoles, 28 de noviembre de 2012

Salir del purgatorio

(La Desamortización de Godoy en Moralzarzal)

Según recoge Jesús Martín Ramos en su libro “Historia de Moralzarzal”, a mediados del siglo XVII había en Moralzarzal unas cuantas instituciones que los historiadores agrupaban bajo el nombre de Obras Pías y Capellanías. Este tipo de instituciones fueron las primeras en ser subastadas entre 1766 y 1798 como consecuencia del empuje de las ideas liberales, en lo que fue la primera de las cuatro desamortizaciones que se produjeron a lo largo del siglo XIX.

Volviendo al siglo XVII, la primera y más importante de esta instituciones en Moralzarzal era la Capellanía de Misas fundada por Juana Morena, esposa de Juan Gómez. El mismo capellán atendía otras tres Memorias fundadas por Juana Martín, María Aguada y Francisco Rodríguez.

Varios siglos después, a finales del siglo XVIII, este tipo de instituciones habían crecido en número: además de la citada Capellanía de Juana Moreno, existían la Capellanía del Licenciado Alonso, la de la Misa de Alba, la capellanía del Santísimo Sacramento, una Memoria de Ánimas, 3 cofradías (la Sacramental, la de la Virgen de la Candela y la del Santísimo Cristo de la Buena Muerte) y 2 Obras Pías (de Huérfanos y de la Cera Mayor). Mientras que algunas de estas instituciones tenían el sello cebollero por haber estado fundadas por personajes notables de la vida de Moralzarzal, otras hermandades o cofradías, como la Sacramental y la de Ánimas Benditas, existían en otras muchas parroquias de España.

¿Qué eran estas instituciones, que función tenían y que importancia tuvieron en la vida de Moralzarzal? De eso va esta entrada.

Una primera valoración: en Moralzarzal, estas instituciones eclesiásticas gestionaban o arrendaban 6 fincas, 12 cercas, 23 linares, 18 prados, 4 herrenes, 3 casas, 1 huerto y pajar. Si tenemos en cuenta que los terrenos de uso común (de propios y comunales) en Moralzarzal a mediados del siglo XIX alcanzaban el 83,07% de la superficie del término municipal (se ha estimado en torno a 3.566 hectáreas, sobre una superficie total de 4.260 hectáreas), las capellanías y obras pías controlaban una parte considerable del suelo agrícola, los suelos fértiles más cercanos al núcleo urbano, las restantes 694 hectáreas. Y libres de impuestos.

Una parte de lo que rentaban este patrimonio vinculado a la Iglesia iba destinado a obras de beneficencia, pero la mayoría se dedicaban a pagar clérigos que dijesen misas y oraciones para sacar del Purgatorio a los fundadores de dichas Capellanías y sus familias. Porque salir del Purgatorio fue una fuente de preocupación de la sociedad española del Antiguo Régimen. Se pensaba que la estancia en el purgatorio era transitoria y que en algún momento, después de que las almas hubieran pagado sus culpas, serían redimidas para gozar la vida eterna en el paraíso. De acuerdo a los planteamientos eclesiásticos, una vez las almas ingresaban en el purgatorio ya no podían influir en una mejora de sus condiciones. La ayuda sólo podía venir por parte de los vivos, que podían mover la compasión de Dios mediante misas y rezos por el alma de los difuntos y la realización de obras pías o acciones caritativas. Y bajo este paradigma teológico se configuró un modelo de propiedad de la tierra que marcaría la vida social y económica de la sociedad rural, modelo al que metió mano la política liberal del siglo XIX.

La diversidad y complejidad de estas fundaciones era enorme, pero intentaremos explicarlo brevemente: la Capellanía consistía en la dotación de una plaza vitalicia de cura (un capellán) que se vinculaba a una ermita o templo ya existente o a una capilla privada con la obligación de cierto número de misas que el capellán se comprometía a realizar por el alma del fundador y, habitualmente, también por su familia. La Memoria de Ánimas era una obra pía que se preocupaba de los pagos de los gastos de las misas y oraciones por las animas del purgatorio. La Obra Pía era una fundación, generalmente de carácter benéfico (atención de huérfanos y enfermos, escolarización, dotación de doncellas huérfanas para el matrimonio, reparto de ropa, comida, etc.), en la que se establecían una serie de servicios piadoso-asistenciales más o menos amplios sobre una base patrimonial, fijando también las condiciones, los beneficiarios y el funcionamiento. Un antecedente de la actual Cáritas.

Dado que la fundación de una capellanía conllevaba siempre un importante desembolso por parte del fundador, ser capellán era asegurarse una buena forma de vida. La carrera de clérigo, que durante el Antiguo Régimen suponía un porcentaje de la población muy numeroso, era una forma de conseguir salir de la indigencia y conseguir cierta promoción social. Los religiosos pugnaban por opositar a las capellanías bien dotadas ya que les permitía completar sus precarias economías y llevar una vida más holgada. Por eso los beneficiarios solían ser los familiares del fundador, con lo que este tipo de instituciones proporcionaban medios de vida a los allegados sin que las propiedades y sus rentas (al ser bienes eclesiásticos) estuvieran sometidas a carga fiscal alguna.

Estas instituciones podían ser laicas o colativas. Los bienes de las primeras no dependían directamente del Arzobispo. Pero los bienes de las colativas, vinculadas estrechamente a la Iglesia, formaban un todo indivisible que pasaba a formar parte del patrimonio de la Iglesia como propiedades vinculadas, por lo que, en la mayor parte de los casos, no se podían enajenar sin el permiso de las autoridades eclesiásticas.

En Moralzarzal, los abusos de los clérigos en estas instituciones aparecen en el siglo XVII. Jesús Martín extrae de los archivos parroquiales que los fundadores de las capellanías tuvieron que pleitear porque los clérigos se repartían las rentas y frutos de las capellanías. En una carta enviada por el Concejo a sus procuradores en el Arzobispado de Toledo, se demanda que “cuando los prados y dehesas de la Capellanía y Memorias tengan leña, que se venda para aumentar sus productos ya que el Párroco y el Capellán no lo hacen, por eso se solicita que si se corta el monte el fruto que se obtenga sea para aumentar las rentas de la Capellanía y Memorias y que el caudal del que se han apropiado lo devuelvan”.

¿Y cuales eran estas Obras Pías y Capellanías en Moralzarzal en vísperas de la primera desamortización? En el momento de comenzar la desamortización de Godoy en la provincia de Madrid, en 1801, y según recoge El Diario de Madrid, el inventario de Obras Pías y Capellanías en Moralzarzal refleja una acumulación de bienes y rentas considerable en manos de este tipo de instituciones:

OBRAS PÍAS Y CAPELLANÍAS DE MORALZARZAL 
ENAJENADAS Y SUBASTADAS POR EL ESTADO EN 1802
Nombre
Propiedades
Valor en la subasta
(reales)
Obras Pías de Huérfanos
8 cercas (Tabla, Nava, Mata, Pradillos, Portada, Rasa), 3 prados (Peñas Gordas) 4 linares (Linar Grande, Linar de la Mata el Pino), 1 casa, 1 huerto y 1 pajar
115.060
Cofradía Sacramental
Una cerca en La Portala, dos prados (del Exido) y un linar en La Nava
15.900
Memoria de Ánimas
2 herrenes (Arroyo Grande, de la Fuente), 1 pajar (de la Tía Catalina), la cerca de la Encina, 3 prados (El Zarzal, Prado Nuevo, Erillas en Zerceda), 4 linares y la cerca de Pozuelo
29.000
Vírgen de la Candela
La cerca de la Vega, dos linares, el herrén del Cerrillo y otro en el sitio de Zarzal
4.600
Smo. Christo de la Buena Muerte
Prado de Peñas Gordas
800
Obra Pía de la Cera Mayor
3 prados (de la Peña, de Crespo) y 5 linares (de Catalina, del Regajo, del Casar)
10.900
Fuente: Diario de Madrid, 22/07/1801, 27/08/1801 y 6/06/1802

La desamortización, la principal arma política con que los Liberales modificaron el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen para implantar el nuevo Estado, comenzó con estas instituciones.

¿Y qué paso en Moralzarzal?. Pues que uno de los grandes beneficiados por las subastas de las Obras Pías y Capellanías de Moralzarzal durante esta primera fase de la desamortización  fue D. Julián Miguel de Fuentes López (1760-1835), "que adquirió una gran porción de cercas, prados de pasto, monte y labrantío, casa y pajares en Moralzarzal, Navacerrada y Collado Villalba, con buen numero de cabezas de ganado: 90 vacas, 28 toros y 32 añojos, mas cabras y ovejas". 

La adquisición de la finca Los Linarejos y su dedicación a la ganadería brava a cargo de D. Julián Miguel de Fuentes López (1760-1835) ha sido datada erróneamente en 1797. Julián de Fuentes, como se le conoce comúnmente, fue regidor de Madrid y estuvo al frente del Distrito de Palacio de Madrid encargándose de los abastecimientos de la Corte. Vivió en Madrid hasta el año 1785, fecha a partir de la cual es contratado por la “Compañía de Filipinas” y destinado a China, donde residirá entre 1785 y 1803. Si tenemos en cuenta estas fechas, no puede ser cierta la información recogida por Jesús Martín en sus dos libros (La Tauromaquia en Moralzarzal e Historia de Moralzarzal) según la cual D. Julián de Fuentes tenía en 1797 una gran vacada de ganado bravo en las fincas de Los Linarejos y alrededores del Gamonal, en Moralzarzal. Dicha información procede, suponemos, de la revista Pan y Toros de 1896 y 1897, donde sitúan el origen de esta información en “viejas crónicas”. Pero si Julián de Fuentes estaba viviendo y trabajando en China en el periodo 1785-1803 no pudo al mismo tiempo comprar y trabajar en Los Linarejos antes de su vuelta en 1803.  

Es probable que otro de los beneficiados por este proceso fuera el abogado Nicolás Taillét, hermano del Párroco de Moralzarzal a principios del siglo XIX, Manuel Taillét. Natural de Villarobledo (Albacete), Nicolás Taillét llegó a Moralzarzal en torno a 1906, siendo en 1925 dueño de numerosas fincas en nuestra localidad.

No sabemos si hubo más beneficiados, pero si que no empezaron bien las ideas liberales en Moralzarzal.

Entradas relacionadas:

Los orígenes del paisaje cebollero (Sobre la formación del paisaje, la propiedad y el espacio cebollero)
Moralzarzal en vísperas del zarpazo de la desamortización
La venta de los bienes del clero (La Desamortización de Mendizábal en Moralzarzal)

Fuentes:
  • Diario de Madrid, 22/07/1801, 27/08/1801 y 6/06/1802.
  • Fernández Collado, Ángel (2005). Las rentas del clero en 1822. Arzobispado de Toledo. Edita Instituto Teológico San Ildelfonso y Diputación Provincial de Toledo. Pags 222-223.
  • Hernández Mauro,1995. A la sombra de la Corona. Poder local y oligarquía urbana (Madrid, 1606-1808). Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.
  • Manuel Valdés, C.M. (1996). Tierras y montes públicos en la sierra de Madrid (sectores central y meridional). Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica.
  • Martín, J. (2007). Historia de Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • Martín,  J. (2005). La tauromaquia en Moralzarzal. Ayuntamiento de Moralzarzal.
  • Mira Caballos, Esteban. Capellanías, cofradías, fundaciones y Obras Pías en Montijo a Principios del siglo XIX.http://estebanmira.weebly.com/uploads/7/9/5/0/7950617/capellanias.pdf
  • Von Wobeser, Gisela. Las funciones sociales y económica de las capellanías de misas en la Nueva España del siglo XVIII. http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn16/EHN01608.pdf


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