lunes, 14 de noviembre de 2016

La Huerta de Moralzarzal

¿Agricultura en Moralzarzal? ¿Pero es que todavía sobreviven los cebolleros?

Pues sí, el arte de cultivar la tierra pervive, y desde este blog que apoya la historia y las tradiciones populares de Moralzarzal no podía faltar el apoyo a los hortelanos y también a los que se animen a producir hortalizas en el futuro. La agricultura es presente y, sobre todo, futuro.

Suena a obviedad, pero dado el gentilicio de los de Moralzarzal, cebolleros, la agricultura es una actividad 100% local y tradicional. En algún momento de la historia, y aunque nos lo dijeran en tono despectivo, nos asociaron con los que plantan o venden cebollas.

No es por tanto algo "moderno", no es algo de fuera, no son influencias de veraneantes. La agricultura actual en Moralzarzal no discrimina edades, procedencias ni ideologías. La practican personas jubiladas y personas de mediana edad; cultivan la tierra gentes del pueblo de toda la vida, antiguos veraneantes asentados en Moral desde hace mucho y recién llegados; apolíticos, de derechas, de centro o de izquierdas. Valentín, Tito, Julio, Toni, Juan, Miguel ("el churrero"), Luis, Aurelio, etc. Hasta el ex alcade de Moralzarzal, José María Moreno, tiene un huerto.

Y para conocer esta realidad he visitado durante el pasado verano algunos de estos huertos y he charlado con quienes todavía saben, quieren y pueden cultivar la tierra. No son todos los que son, pero están todos los que son.

Empecemos con Tito, 43 años, cebollero de toda la vida y bien conocido en Moralzarzal por estar detrás de la barra del bar "El Ladrillo", cerca de la Plaza de la Constitución. Tito tiene un huerto (con invernadero) y un gallinero en la zona del polígono ganadero.
Bajo el invernadero Tito cultiva tomates, judías, pimientos, berenjenas, etc. En el huerto, además, de tomates y pimientos también hay, como no, cebollas.
Judías de enrame en el invernadero de Tito.
He visitado también la huerta de los hermanos Valentín y Julio. El primero es el mayor, y tiene ya sesenta y muchos años. Son de Moralzarzal de toda la vida y empezaron a trabajar esta huerta cuando se jubilaron, hace 3 años. En verano vienen al huerto por la mañana y por la tarde, es su vida y les gusta.

Tienen patatas, tomates, cebollas, lechugas, calabacines, judías, berenjenas, pimientos de piquillo, pimientos de padrón, pimientos verdes, fresas, pepinos, acelgas, repollos..... No cultivan hortalizas de invierno y no quieren oír hablar de gallinas.

Seleccionan las mejores matas y guardan semilla, para montar sus propios semilleros y producir planta en su invernadero construido por ellos mismos. Hacen conservas (mucho salmorejo) y tienen mucha verdura para todo el año. Al suelo le echan basura de vaca de la finca ganadera que hay en Los Tollares.

Tienen un pozo grande y profundo, con el que riegan el huerto. Siempre tiene agua. Dicen que no hay que regar todos los días, que las plantas cogen mucho “vicio”. Excepto las judías, que necesitas agua todos los días. Los tomates, berenjenas y pimientos, los riegan días alternos. El año pasado el pulgón les afectó mucho.
Huerta de Valentín y Julio, en las proximidades de la Fuente de la Salud.


Un poco más al sur, casi en el límite del núcleo urbano de Moralzarzal, está la huerta de Juan. Juan tiene setenta y pico años, es natural de Madrid, y pertenece a la primera generación de veraneantes que llegaron a nuestro pueblo en la posguerra. Juan tiene casa en Moralzarzal desde hace 50 años y desde hace mucho tiempo reside aquí todo el año. Nieto de Arturo Soria, Juan ha sido médico (ginecólogo) como su padre, que fue médico militar. Vivió parte de su infancia en un cortijo cerca de Baena, Córdoba, de donde procede sin duda su vínculo por la tierra y los animales.

Juan cultiva cebollas, calabacines, berenjenas, pepinos, puerros, varios tipos de pimientos, calabacines, etc. Los tomates los dejó de cultivar porque su salud no los tolera, tiene ácido úrico. También cultiva hortalizas de invierno, como repollos y lombardas. Los ajos, dice, hay que sembrarlos en verano-otoño.

Juan tiene pozo propio y un sistema de aljibes repartidos por su parcela para regar el jardín y los árboles. Juan produce su propia planta en invernaderos a los que mantiene caliente con sofisticados circuitos de agua caliente. Juan es un “manitas”.

Todos los restos de la huerta y su finca (hojas, césped, restos de podas, etc.), junto con las cenizas de la chimenea son amontonados para producir compost (abono). Su huerta sólo es abonada con este compost, no utiliza agroquímicos. También tiene gallinas, a las que alimenta también con algunas verduras del huerto y restos de comida.
Puerros, pimientos y coles en el huerto de Juan, en la zona de Los Chopos.

Juan produce sus propios plantones para el huerto.  Además, todos los restos del jardín son amontonados y compostados para utilizarlos posteriormente como abono.

La penúltima etapa del tour de los hortelanos de Moralzarzal me llevó a la casa de Toni en la zona de Prado del Águila. Toni tiene 43 años y lleva viviendo en Moralzarzal desde 2002. Es ingeniero agrícola  y trabaja en el Instituto Nacional de Investigación Agrícola, el INIA.
Puerros, tomates, lechugas, zanahorias....en el huerto de Toni.

Toni cultiva ajos, puerros, tomates, pimientos, fresas, patatas, zanahorias, lechugas, perejil, rúcula, fresas.....En su jardín-huerto, un tanto salvaje, hay también aromáticas como tomillo, romero, orégano..

Por su trabajo en el INIA Toni tiene acceso a interesantes variedades de algunas hortalizas. Una vez plantadas, Toni guarda semilla y tiene sus propios semilleros con los que se nutre de planta para la próxima estación. 

La última parada en mi propio huerto, para comentar dos aspectos sobre las posibilidades hortícolas de Moralzarzal. La primera es la constatación de que los huertos no son sólo para el verano:

Grelos, brécoles y coliflores, calabazas (estas de cabello de ángel) producidos en Moralzarzal, donde también se dan las lombardas, coles de diversos tipos......

Y el segundo comentario es sobre la posibilidad que se abre al hortelano de reducir la cantidad de materia orgánica que arroja al cubo de la basura. Ya hemos visto que nuestro amigo Juan composta todos los restos vegetales de su jardín, mezclándolos con cenizas de la chimenea. Valentín, Julio, Tito....utilizan basura de caballo y vaca accesible a través de la actividad ganadera. Un servidor, como otros hortelanos de Moralzarzal, mantiene una población de lombrices a las que da de comer y, a cambio, obtiene un humus muy rico para el huerto.
Composteros donde van a parar restos del jardín, del huerto, de la cocina (peladuras, mondas, restos de comida no cárnica) y cenizas. Los hongos, bacterias y lombrices se encargan de descomponer y convertir estos materiales en abono que es utilizado para alimentar las plantas del huerto y el jardín.

Finalizo con una reflexión sobre el significado del vocablo agricultura. Cultivo y cultura tienen la misma raíz latina, "cultus". La agricultura es el arte de cultivar el campo, la tierra.  Cultivar, cultura, ....sabiduría. Y la raíz latina "humus" (tierra, barro...) ha sido utilizada para configurar la palabra humanidad. El género humano es "homo", tierra, barro....El adjetivo humildad, "humilitas", significa abajarse, bajo la tierra...

Agradezco pues a estos humildes y cultos hortelanos que me hayan abierto sus huertos y explicado como cuidan de las plantas y de la tierra. Gracias Tito, Juan, Valentín, Julio, Toni,.....

sábado, 5 de noviembre de 2016

La Tejera ¿las tejeras?


El topónimo "tejera" (tejar, tejería) es muy común, y se refiere al lugar donde se confeccionaban tejas, ladrillos y adobes, aunque preferentemente tejas para el arreglo y construcción de tejados. En Moralzarzal, la existencia de este topónimo alude también a un antiguo tejar y a dado lugar a un parque muy conocido y donde se celebran varias fiestas populares.

Entrada principal del Parque de La Tejera, que se abre precisamente al talud donde estaba el arcillero y la era (explanada) donde estuvo localizado el horno y donde se secaban al sol las tejas. Autor: Miguel Ángel Soto.

Las tejas, junto con la madera, la piedra y el ladrillo son elementos básicos de la arquitectura serrana. Y como hasta la llegada de la industrialización el proceso de fabricación de tejas y ladrillos se realizó de manera artesanal, cada pueblo tenía en sus cercanías una o varias tejeras para la provisión de estos materiales.

Los tejeros utilizan el barro o arcilla de la zona, los denominados "barreros". En Moralzarzal muchos recuerdan todavía “el arcillero”, el actual terraplen que está a la entrada del parque de La Tejera.

¿Pero es que hay arcilla en Moralzarzal? Pues sí, la descomposición de rocas que contienen feldespato, caso del granito, produce una roca sedimentaria, la arcilla, que está constituida por agregados de silicatos de aluminio. Existiendo arcilla, aunque sea de baja calidad, y agua, se puede fabricar tejas y ladrillos.

De esta manera, la localización de un taller de tejas estará condicionada a la materia prima, situándose la tejera lo más cerca posible de ella, y de un curso o fuente de agua. También es así en nuestra tejera, al pie de la cual nace un pequeño manantial, que mana en invierno y primavera, así como la vecina fuente de Juncarejo.
Talud del arcillero que mira a la calle de Barrio de Arriba, casi esquina a la calle Fuente de Juncarejo, fuente de donde el tejero cogía el agua necesaria para modelar el barro. Autor: Miguel Ángel Soto.
Detalle de la zona de La Tejera sobre la foto aérea de 1956.
En Castilla el trabajo de tejero era temporal y la solían realizar emigrantes gallegos que se pasaban “la temporada” veraniega (del mes de mayo al Pilar) fabricando tejas. Construían pequeños hornos en el suelo, fabricaban tejas para vender y una parte se la quedaba al ayuntamiento. Volvían al año siguiente o a los dos años.

No hay pistas de como pudo ser el horno del tejar de Moralzarzal, pero todo apunta de que podría ser del tipo más rudimimentario. Fuente: http://katilu.blogspot.com.es/2011/02/ceramica-en-aiara-ayala.html
Útiles que usaban los tejeros para hecer las tejas. Fuente: http://katilu.blogspot.com.es/2011/02/ceramica-en-aiara-ayala.html

La fabricación de tejas se dividía en cuatro fases: preparación de la pasta, moldeo, desecación y cochura. Cada una de estas fases se realiza en una parte del tejar: cantera y balsa para la preparación de la pasta; era y cobertizo para el moldeo y desecación; y hornos para la cocción.

Dicen los libros que la Sierra de Madrid fue un importante lugar de destino para los tejeros del Bajo Miño con una larga tradición desde el siglo XVIII. Otros puntos principales de trabajo fueron pequeños pueblos de León, Salamanca, norte de Cáceres y Ávila.

Y cuenta Jesús Martín Ramos en su libro "Historia de Moralzarzal" (Volumen I) que la presencia de un tejero en Moralzarzal debe ser posterior a 1752 ya que en el Catastro de la Ensenada no aparece ninguno. Nuestro historiador oficial ofrece como hipótesis que el primer tejero se instaló en nuestro pueblo muy a finales del siglo XVIII o ya en el siglo XIX. Se basa en las actas municipales y un documento fechado el 16/01/1848 donde el entonces alcade, Manuel González, le concede el horno al "maestro tejero" Domingo Antonio Martínez. El horno ya existía y el acta de la reunión dice que el Sr. Martínez "solicitó el puesto con todos sus utensilios, las aguas, el barro y leña necesarios para fabricar tejas".

Entre las condiciones impuestas por el ayuntamiento al tejero estaban:
  • La producción se iniciaría el primero de mayo.
  • Además de las herramientas, el ayuntamiento cedía el agua, el barro y el combustible
  • No podía hacer más de cinco hornadas diarias.
  • Tenía que entregar al ayuntamiento 1700 tejas en buen estado y que serían elegidas por los responsables municipales.
  • No podía cobrar a los vecinos más de 8 reales por cada 100 tejas
  • Antes de vender tejas a forasteros, debía comunicarlo al ayuntamiento para que se lo comunicara a los vecinos. Éstos tenían 8 dias para ejercer el derecho de compra del material que les hiciera falta. Pasado este plazo, el tejero podía vender a otras poblaciones
  • El tejero se comprometía a arreglar y escombrar el horno, dejándole útil para sucesivos años y, sobre todo, cuando hubiera finalizado el contrato.
  • La producción de tejas y ladrillos "debían de ser de buena calidad, estando bien cocidas, tamaño y grueso regular y de mejor condición de las hechas hasta ahora".
No debía de ser malo nuestro tejero D. Domingo Antonio Martínez ya que siete años después, en 1855, seguía con el arrendamiento de la tejera de Moralzarzal. Pero ese año le cambiaron las condiciones del contrato, y ahora el tejero debía de entregar anualmente al ayuntamiento 6.000 unidades de tejas (frente a las 1700 de 1848). O bien 100 baldosas en caso de necesitar el ayuntamiento este material, en cuyo caso se restarian estas unidades de los 6.000 tejas. A los vecinos también les sube el precio, de 8 a 9 reales por cada 100 tejas. Toda una subida de las tasas municipales del 11%, caramba como apretaba el ayuntamiento...

Ya conocemos la ubicación del principal tejar o tejera de Moralzarzal. Hablemos ahora de otro tejar. Fijémonos en el mapa de 1876:

 Señalado en verde sobre el mapa de 1876 del término municipal de Moralzarzal podemos ver, además de La Tejera próxima al núcleo urbano, el topónimo "Vertiente de la Tejera" que discurría por la Ladera de las Suertes hasta la vía pecuaria a la altura de la finca de Los Tollares, en las proximidades del Arroyo de la Alameda.
D. Vicente López (Moralzarzal 1937), quien fuera alcalde de este pueblo desde 1969 hasta 1975, recuerda que cuando tenía más o menos 10 años, hacia 1947, conoció junto a su padre los restos de La Tejera que estaba pegada a la finca de “Los Tollares”. Antes de llegar a la vía pecuaria, aproximadamente 10 metros antes, a la derecha, había un tollar (surgencia de agua sobre el terreno), fuente o pozo, de donde salia algo que parecía la chimenea de un horno.

Siempre según D. Vicente, ha habido cambios en el trazado del antiguo camino, movimientos de lindes y permutas de fincas que afectan al emplazamiento de esta tejera. Dice que el ahora camino (calle del Redondillo) y antes vía pecuaria, corría más a la izquierda. Y que el Arroyo Alameda cruzaba este camino y pasaba exactamente por el tejar.
Detalle de la zona donde se localizaba el tejar del arroyo de la Alameda sobre la foto aérea de 1956. Como describe nuestro informante, el trazado de la antígua vía pecuaria (hoy Calle Redondillo) se hacía más ancha al llegar a la Cañada Real Segoviana, en las proximidades de la finca Los Tollares. La modificación posterior de los lindes y el estrechamiento del camino ha dejado el lugar donde se ubicaba la antigua tejera en el interior de una finca particular.

 ¿Por qué podría tener un interés especial esta segunda tejera?

En una entrada ya bastante lejana, ¿Fuente del Moral o Fuente de la Muralla? decíamos que las cuatro primeras referencias escritas existentes sobre nuestro pueblo, datadas entre el siglo XIII y el siglo XV, mencionan nuestra localidad como “Fuente del Moral”. En los dos primeros casos, en 1287 y 1303, se menciona otro núcleo poblacional: “el Alameda”. La primera referencia a "Moral", a secas, data de 1563, y "Zarzal" es nombrado por primera vez en 1610.

Antes que Zarzal (o Çarcal) existió el pueblo de "el Alameda". Y, además, parecía más relevante que la misma Fuente del Moral. En una Carta del Rey D. Fernando IV datada en 1303, donde se otorga el Real de Manzanares a Segovia, se menciona el Alameda con la Fuente del Moral y el Apedres”.

¿Y donde estaba este poblado llamado "el Alameda"?

Dado que el Arroyo de la Alameda baja y cruza el segundo Tejar al que nos estamos refiriendo, ¿no sería que el despoblado de origen medieval de La Alameda estuviera ubicado en las proximidades del Arroyo de la Alameda? ¿Y no pudiera ser que que dicho tejar perteneciera al pueblo de La Alameda y no a Fuente del Moral?

Es una mera hipótesis. Ahí lo dejamos...


Fuentes utilizadas para la elaboración de este post: